ACRÓPOLIS
Desde el Olimpo
un himno en marcha hacia los hombres
más puro que un idioma
de silencios.
El sol aoristo
en un cielo de mármol
y una emoción de Apolo el viento
mientras,
todo cintura,
hacia el paisaje,
definitivamente un texto.
CHERNOBIL
Olor a Dios
ya muerto
y su cadáver múltiple de espanto
como un maná terrible
y en la respiración
del viento apenas
ansia
de mensajes,
únicamente un por doquier
de infinitésimos de fuego,
una Pentecostés sólo calor,
dolor,
noticia negra de los pájaros.
La música en un horno,
grito plural
de cada boca de la tierra muerta.
CRECIMIENTO, DE HANS ARP
Tu forma de
comienzo ajena al odio,
fruto espiritual
en espiral
de una catástrofe
de rosas,
ya sólo abrazo el tiempo,
el giro,
el éxtasis
en pos de la unidad
como una espera
dentro del propio cuerpo,
la rotación tenaz,
inacabada
del humo esposo épico
del aire.
Qué eterno todavía en pleno abismo.
¿Por qué este alud así,
esta manera nueva de la masa,
cuando en tu esencia
todo?
COMPOSICIÓN I, DE PIET MONDRIAN
Color en pleno amor,
perseverancia
de una gramática purísima
dentro del caos,
la explicación de la hermosura
mediante vértices de espejo
y estos rectángulos
helados
como resolución de la ecuación
equis por hombre
igual a tiempo.
La soledad cubista,
la encrucijada donde el aire.
NUEVA ARMONÍA, DE PAUL KLEE
La geometría del olvido.
Calles iguales a otras calles
de la ciudad desierta
y un hombre a plomo,
diminuto,
anonimado en su temblor
sonámbulo del pecho
cuando la geometría
sin cariño.
Calles como el dolor
por donde solitario un corazón
con su silencio a cuestas
y tanta gana de los pájaros.
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